De Obaldía y Cromwell, la conexión que cambió la historia del país

El abogado, exembajador y político panameño José Domingo de Obaldía (1845-1910) apenas comenzaba su periodo como segundo presidente constitucional de la República cuando fue arrastrado al escándalo ajeno.

‘Terremoto en el Congreso de Estados Unidos’, decía el diario The Santa Ana Register , de California; ‘Cargos sensacionales en relación al Canal de Panamá’, revelaba The Odgen Standard , de la ciudad de Odgen, en Utah, el 26 de enero de 1909.

Los diarios locales de poca circulación eran los más aguerridos, pero ni aun los serios como The Washington Times o The New York Times se abstuvieron de dar cobertura ese día al nuevo capítulo de una vieja trama que, desde el Capitolio, se abría ahora para incluir como protagonistas secundarios al presidente panameño y a ‘la pequeña e indefensa República de Panamá’.

El día anterior, el congresista Henry Thomas Rainey, del Partido Demócrata (oposición), de Illinois, había presentado fuertes acusaciones contra de Obaldía, el hermano del presidente electo William Taft y otros.

Rainey había hablado durante dos horas sin otra interrupción que los aplausos de sus colegas demócratas, ante una sala vacía de republicanos.

Las palabras más duras iban contra William Nelson Cromwell, abogado de la ya extinta Nueva Compañía del Canal Interoceánico y de su subsidiaria el Ferrocarril de Panamá, a quien llamaba ‘expoliador’, ‘bucanero’, ‘destructor’.

Nunca la Casa de Representantes del Congreso de Estados Unidos había oído tal cantidad de epítetos negativos vertidos contra individuo alguno, concluía la prensa estadounidense.

Rainey traía de vuelta viejas acusaciones contra el abogado de la firma Sullivan & Cromwell, gran ‘corruptor’ que, en alianza con el ‘gran conspirador’ Hay Bunau Varilla, y bajo la complacencia del presidente Roosevelt, había (supuestamente) movido el entero sistema legislativo estadounidense hacia la elección de Panamá como ruta para un canal interoceánico (Ley Spooner, de 1902, en contra de la ruta nicaragüense ya aprobada) y la compra de la compañía francesa del canal (Compagnie Novelle du Canal Interoceanique de Panama), por $40 millones.

Por este ‘trabajito’, no solo había cobrado $200,000, sino que había sido recompensado por el gobierno de Theodoro Roosevelt al mantenerlo como consejero de todos los asuntos relativos al Canal de Panamá ( ver artículo ‘Raúl Amador, hijo… ‘, publicado el 19 de febrero pasado en esta misma sección ) y como abogado del ferrocarril interoceánico.

A su vez, la nueva república lo había contratado como su representante legal en Estados Unidos, cónsul en Nueva York y administrador del ‘Fondo Constitucional’ o ‘los Millones de la Posteridad’ ($10 millones pagados a Panamá a cambio de los derechos de construcción del Canal).

‘LA INTERFERENCIA DEL SEÑOR TAFT EN LAS PASADAS ELECCIONES DE PANAMÁ EN FAVOR DE OBALDÍA SE HACE AHORA TAN CLARA COMO EL DÍA’,

HENRY RAINEY

REPRESENTANTE DE ILLINOIS EN EL CONGRESO DE EE.UU.

Según Rainey, la ambición sin límites de Cromwell ahora apuntaba a la expoliación de la ‘pequeña e indefensa’ nueva república. Su plan era hacerse con los monopolios de servicios concesionados por el Estado (electricidad, etc.), y con miles de hectáreas de bosques maderables y tierras públicas del país.

Para ello contaba con el apoyo de De Obaldía, quien, según el congresista Rainey, representaba ‘como ningún otro político de su generación, todo lo corrupto en la política latinoamericana’.

QUIÉN ERA JOSÉ DOMINGO DE OBALDÍA

José Domingo de Obaldía procedía de una importante familia chiricana. Su padre, un rico ganadero y político, había sido incluso presidente interino de Nueva Granada en 1853.

En 1903, siendo un joven abogado graduado en Estados Unidos, representó al Departamento de Panamá en el Congreso Colombiano.

Ese mismo año fue elegido gobernador del Departamento, según Rainey, gracias a las conexiones de Cromwell con el hijo del presidente colombiano José Manuel Marroquín.

Como gobernador, había traicionado a Marroquín, aprovechando las ventajas de su nueva posición para apoyar a sus amigos revolucionarios (Manuel Amador Guerrero y José Agustín Arango, entonces a sueldo del Ferrocarril de Panamá, y como tales empleados de Cromwell) en su proyecto de independencia.

También gracias a Cromwell, según la versión de Rainey, Roosevelt y Taft habían asegurado a De Obaldía la Presidencia de Panamá en las elecciones de 1908, al forzar la renuncia del candidato oficialista Ricardo Arias ( Ver artículo ‘Obaldía o Revolución ‘, el 12 de marzo pasado, en esta misma sección).

Según Rainey, ahora De Obaldía estaba dispuesto a compensar a Cromwell y a sus aliados con ‘riquezas más allá de sus sueños’.

‘Sin Obaldía, la carrera de Cromwell habría sido imposible. Sin Cromwell, Obaldía habría sido imposible’, decía el representante.

MÁS ACUSACIONES

Rainey aseguró que fuentes presenciales le habían revelado que el 27 de diciembre de 1908 (un mes antes de los hechos que aquí relatamos), De Obaldía se había reunido con un grupo de diputados de la Asamblea Nacional de Panamá para pedirles que otorgaran una concesión de cientos de miles de hectáreas de bosques maderables en la costa caribeña de Panamá a John Ehrman, asociado con William Nelson Cromwell, Roger L. Farnham, WS Harvey y Charles Taft, hermano del presidente electo.

Además, había otro plan para la concesión de la ruta de un ferrocarril en la provincia de Chiriquí.

La propuesta era de un grupo de inversionistas que tenían como ‘fachada’ al estadounidense Randolph G. Ward, y según Rainey, era ‘la más infame que se hubiera podido presentar a ningún gobierno’. Esta estaba dirigida a arruinar al país.

‘La interferencia del señor Taft en las pasadas elecciones de Panamá en favor de Obaldía se hace ahora tan clara como el día’, aseguraba el representante al tiempo que estallaban los aplausos de sus colegas.

REACCIONES

En los días siguientes, el hermano de Taft, Charles T. Taft, emitió desde La Habana una declaración en la que negaba tener ningún interés comercial con Cromwell en Panamá.

Desde Nueva York, Cromwell envió una nota a La Estrella de Panamá, publicada el 2 de febrero de 1909, en la que rechazaba haber propuesto una oferta por tierras maderables o un ferrocarril.

El gobierno de De Obaldía reaccionó con enojo. La Asamblea Nacional aprobó una moción del diputado Eusebio A. Morales para extender ‘la más enérgica protesta’ y calificar las declaraciones de Rainey como ‘un insulto’ al país y una ‘violación de las normas internacionales de cortesía y etiqueta’.

El mismo 2 de febrero, The New York Times publicaba la versión de De Obaldía: ‘En relación a la reunión realizada en mi oficina el día 27 de diciembre, ni el señor Ehrman ni nadie que no fuera del gobierno estaba presente. En esta no se mencionó a Charles P. Taft, ni a William Nelson Cromwell ni a Roger L. Farnham. La propuesta para el ferrocarril presentada a la Asamblea por el señor Ward fue rechazada y en su lugar se autorizó su construcción con fondos del gobierno. El contrato para la explotación de madera para Ehrman fue rechazado por la Asamblea. Actualmente, se discute una ley que regula la explotación extrajera de la costa atlántica entre el Río Concepción y Costa Rica, con la exclusión del Valle del Río Chagres’.

¿CIERTO O FALSO?

¿Eran falsas las acusaciones de Rainey, tal y como aseguraron Cromwell, Taft y De Obaldía? ¿O eran ciertas?

En todo caso, ¿qué interés perseguía Rainey?

De acuerdo con las opiniones de algunos historiadores, se trataba de una maniobra política del Partido Demócrata: unir fuerzas con el magnate periodístico Joseph Pulitzer, quien mantenía una pugna con el presidente Roosevelt por una serie de artículos en los que acusaba a su gobierno de divertir parte del dinero de los $40 millones pagados por la Compagnie Novelle hacia un grupo de amigos y familiares del presidente.

Cuando Roosevelt amenazó con llevar el caso a los tribunales e impedir a Pulitzer seguir ‘difamándolo’, Rainey intervino para solicitar a sus colegas de la Casa de Representantes una nueva investigación en el Congreso. Su moción fue aprobada. En 1913, después de cientos de interrogatorios, los resultados de la investigación fueron publicados en setecientas páginas del libro The Story of Panama , cuyo contenido repasaremos en la próxima edición.

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