Ronald Reagan y el Canal de Panamà

 

En las elecciones de 1976, el entonces candidato por la nominación presidencial republicana Ronald Reagan usó como caballito de batalla el tema del canal de Panamá.

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De la misma forma como el millonario Donald Trump persigue hoy la nominación presidencial del Partido Republicano, hace cuarenta años, en  1976, el entonces candidato Ronald Reagan estuvo cerca de obtenerla con la promesa de ‘volver a hacer grande a América’.

Freeport_Journal_Standard_Tue__May_11__1976_ (2).jpgEn aquella ocasión el blanco de los ataques de Reagan no era quienes aceptaban  a los inmigrantes ilegales mexicanos, sino quienes pretendían entregar el Canal de Panamá al ‘dictador comunista’ Omar Torrijos Herrera.

Reagan introdujo el tema del Canal de Panamá en el debate electoral para hacer frente al difícil reto que tenía ante su principal contrincante, el presidente Gerald Ford —quien había llegado a la Casa Blanca tras la renuncia de Richard Nixon por el caso Watergate, en agosto de 1974.

El argumento de Reagan era que el  Canal era ‘propiedad de Estados Unidos y que así debía permanecer’

Bajo esta idea, el ex actor de Hollywood y dos veces gobernador de California (1967-1971) lanzó fuertes críticas a su oponente por continuar las negociaciones iniciadas en 1974 por Nixon, con la firma de un acuerdo de principios (Tack-Kissinger) que comprometía a Estados Unidos abandonar su reclamo  a los derechos de perpetuidad sobre la Zona del Canal.

El acuerdo, que incluía ocho puntos sobre los cuales se sentarían las futuras negociaciones para un nuevo tratado, también establecía que Panamá recuperaría la Zona del Canal y que, en treinta años o quizás menos, asumiría el control sobre la operación del canal.

LA CAMPAÑA
‘Ford está jugando con los intereses nacionales. Yo prometo que si soy elegido mantendré el control de Estados Unidos sobre la Zona del Canal’, repetía Reagan en ciudades y pueblos de los cincuenta estados durante los primeros meses de 1976.

‘Si yo fuera presidente protegería nuestros intereses en Panamá de la misma forma como lo haría con Alaska’, decía, haciendo ver al electorado estadounidense que la Zona del Canal de Panamá era territorio soberano de Estados Unidos, ‘lo mismo que Texas y algunos estados sureños, tras el Gadsden y el Louisiana Purchase’.

Cuando un periodista le preguntó si estaría dispuesto a ir a una guerra para mantener el canal en manos estadounidenses, Reagan contestó: ‘Yo no creo que ningún presidente podría decir que no’.

‘No se puede confiar el control del canal a un país con una larga historia de inestabilidad política’, decía Reagan, quien no tenía reparos en tachar a Omar Torrijos de «comunista» en razón de su amistad con el presidente cubano Fidel Castro.

‘No es una cuestión de Estados Unidos contra Panamá, sino de Estados Unidos contra la Unión Soviética’, decía.

La campaña de Reagan fue respaldada por los sectores más chovinistas del pueblo norteamericano, entre ellos grupos cabilderos de la extrema derecha como el Liberty Lobby, el Birch Society, las Hijas de la Revolución Americana y varias organizaciones de veteranos.

La sociedad Birch llegó a distribuir miles de calcomanías (bumper stickers ) que decían ‘No entreguen nuestro canal a Panamá, entreguen más bien a Kissinger’.

A pesar del relativo éxito, su campaña de medias verdades y aseveraciones simplistas lo hicieron objeto de burla de los sectores centristas y liberales del electorado estadounidense

pecesEl  millonario Nelson Rockefeller  (vicepresidente de Ford) se vio obligado a desmentirlo en la televisión, alegando que ‘el señor Reagan está diciendo cosas que no son verdad. Nosotros no tenemos derechos soberanos sobre Panamá’.

Sin embargo, el discurso del candidato llegó a calar en un amplio sector de la población en un momento en que el pueblo estadounidense todavía no se recuperaba de la derrota sufrida en Vietnam y era agobiado por la idea de que perdía su posición como ‘primera potencia mundial’.

La campaña de Ronald Reagan pudo haber sido subestimada por algunos sectores, sin embargo, llegó hasta el final de la carrera, amenazando la posición de Ford en la misma convención del partido, celebrada en el mes de agosto en Kansas City, Missouri, donde obtuvo el 46% de los votos.

FORD, ENEMIGO DE JOHNSON

Lo curioso es que la posición que asumía Ford en relación a Panamá como autoridad nacional era muy diferente de la que mantuvo en 1967, cuando el presidente Lyndon Johnson se vio obligado a negociar forzado por el escándalo internacional de los hechos del 9 de enero de 1964.

Como senador, Ford había entonces criticado duramente las negociaciones, esgrimiendo argumentos parecidos a los que ahora usaba Reagan.

En 1976, en cambio, como presidente defendía que ‘la mejor manera de preservar el interés en la Zona del Canal era un nuevo tratado con Panamá’.

‘Si nos mantenemos como estamos Panamá se convertirá en otro Vietnam’, decía Ford.

LA POSICIÓN DE CARTER

Otro dato que resulta curioso a la luz de la historia de aquella campaña presidencial de 1976 es que el candidato por el partido demócrata, Jimmy Carter, tampoco se atreviera a asumir una postura demasiado generosa en relación con el Canal y por el contrario, hiciera ver al electorado que ‘comprendía la importancia de retener los derechos de Estados Unidos sobre el Canal’.

En un debate televisado realizado al calor de la campaña en el mes de octubre de ese año, Carter, preguntado sobre el tema del Canal, dijo que ‘nunca cedería el completo control del canal a los panameños’.

‘Yo estaría anuente a seguir adelante con las negociaciones. Tal vez permitiría que Panamá asumiera más responsabilidades en su manejo o estaría dispuesto a subir los peajes o hasta a disminuir nuestra presencia militar, pero nunca renunciaría a seguir manteniendo nuestra presencia e inherencia ni ahora ni en el futuro previsible’.

Sin embargo, pocas semanas después de ser electo presidente, las posiciones de Carter con respecto al canal empezaron a cambiar, se alega que bajo la asesoría de sus más cercanos colaboradores, Sol Linowitz y el Secretario de Estado Cyrus Vance.

Ambos estaban conscientes de la importancia de negociar un nuevo tratado con Panama.

¿Justicia? ¿Realismo?

panamafish.jpgAl parecer, Carter entendió claramente la diferencia entre ser candidato y ser presidente, algo que quedó demostrado en febrero de este año, en un reporte del diario Atlanta Journal-Constitution .

Al ser preguntado por las opciones presidenciales de Donald Trump, Carter comentó que tenía la sensación de que su candidatura se iría desvaneciendo a medida que prosiguiera la campaña.

‘Cuando la gente esté frente a la mesa de votación, pensará con más cautela sobre el tipo de persona que quiere al frente del país durante los próximos cuatro u ocho años, y tendrá una opinión diferente’, dijo Carter.

Pero, poco después añadió: ‘sin embargo, prefiero a Trump que a Ted Cruz’.

¿Y eso por qué?, le preguntó el periodista.

‘Creo que si fuera republicano elegiría a Trump, porque ha probado ser completamente moldeable’, respondió el expresidente.

‘No tiene ninguna posición definida ni final sobre nada’, dijo

‘Cruz, en cambio, está aferrado a sus ideas de extrema derecha y las perseguiría si fuera presidente. Supongo que este es el momento en que me tocaba decir algo ingenioso. No te ngo más nada que agregar al respecto’.

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